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DEFINICIÓN Y VARIEDAD RELIGIOSA

1. Definición de la religión (y de la magia)
Existen dificultades para proponer una definición de religión generalmente aceptada, por ello, puede resultarnos útil empezar diciendo qué no es religión:

1º: no debe identificarse con el monoteísmo (creencia en un solo dios). En la mayoría de las religiones intervienen varias deidades. Incluso en ciertas versiones del cristianismo hay varias figuras con cualidades sagradas (Dios, Jeús, María, el Espíritu Santo, ángeles y santos). Otras, en cambio, no tienen ningún tipo de dioses.

2º: no debe identificarse con prescripciones morales que controlan el comportamiento de los creyentes, como los mandamientos que se supone que Moisés recibió de Dios. La idea de que los dioses están muy interesados en cómo nos comportamos es extraña para muchas religiones. Para los antiguos griegos, p.e., los dioses eran en buena medida indiferentes a las actividades de la humanidad.

3º: no se ocupa necesariamente de explicar cómo el mundo ha llegado a ser como es. En el cristianismo, el mito de Adán y Eva trata de explicar el origen de la existencia humana, y muchas religiones tienen mitos sobre el origen; pero, de igual modo, otras muchas no.

4º: no puede identificarse con lo supranatural como algo que intrínsecamente implica la creencia en un universo "más allá del ámbito de los sentidos". El confucionismo, p.e., se ocupa de aceptar la armonía natural del mundo, no de encontrar verdades "detrás" de él.

¿Qué es religión? ¿Qué características sí comparten todas las religiones?

Todas implican un conjunto de símbolos, invocan sentimientos de reverencia o respeto, y están vinculadas a rituales o ceremoniales (como los servicios eclesiásticos) practicados por una comunidad de creyentes. Todos estos elementos requieren cierta elaboración. Impliquen o no dioses dichas creencias, existen siempre seres u objetos que inspiran actitudes de respeto o admiración. En algunas religiones creen en y reverencian una "fuerza divina" más que dioses personalizados. En otras hay figuras que no son dioses, pero en las que se piensa con reverencia, como Buda o Confucio.

Los rituales asociados con la religión son muy diversos: plegarias, letanías, cánticos, ciertos tipos de comida o el ayuno. Como los actos rituales están orientados hacia símbolos religiosos, por lo general se consideran bastante distintos de los hábitos y procedimientos de la vida ordinaria (encender una vela para honrar a un dios tiene un significado distinto al de hacerlo para alumbrarse). Los rituales religiosos con frecuencia los llevan a cabo individuos en aislamiento, pero todas las religiones incluyen ceremoniales que sus miembros practican de forma colectiva, y suelen disponer de lugares especiales: iglesias, templos, etc.

Los sociólogos suelen considerar la existencia del ceremonial colectivo como uno de los factores principales que distinguen la religión de la magia. Ésta consiste en influir en los acontecimientos por el uso de pociones, cánticos o prácticas rituales. Generalmente es practicada por individuos, no por una comunidad de creyentes. La gente muchas veces opta por la magia en situaciones de desgracia o peligro. Y aunque las prácticas mágicas han desaparecido en su mayor parte de la sociedad moderna, en situaciones de peligro las supersticiones de tipo mágico son todavía comunes, y en ocupaciones que son peligrosas o tienen factores aleatorios que pueden cambiar de forma drástica (mineros, pescadores, deportistas, etc.).


2. Variedad religiosa
En las sociedades tradicionales, la religión generalmente desempeña un papel central en la vida. Los rituales y símbolos religiosos a menudo están integrados en la cultura material y artística de la sociedad: música, pintura, talla, teatro, relato de historias y literatura. En las culturas pequeñas no hay sacerdocio profesional, pero siempre existen ciertos individuos que se especializan en el conocimiento de prácticas religiosas (y a menudo mágicas). Uno de los tipos más comunes es el chamán (palabra de origen indoamericano): un individuo al que se le cree capaz de dirigirse a los espíritus o a fuerzas no naturales mediante medios rituales.

Totemismo y animismo.
Dos formas de religión que a menudo se hallan en culturas más pequeñas son el totemismo y el animismo. El tótem (palabra propia de tribus indias norteamericanas) se refiere a especies de animales o plantas de las que se cree que tienen poderes supranaturales. Generalmente, cada grupo de parentesco o clan dentro de una sociedad tiene su tótem particular, con el que se asocian varias actividades rituales. Y aunque pueda parecernos una práctica extraña hoy día, en ciertos contextos sigue siendo familiar el mantenimiento de símbolos semejantes a los del totemismo, como cuando un equipo o colectivo adopta un animal o planta por emblema. Una mascota es un tótem.

El animismo es una creencia en los espíritus o fantasmas, los cuales, se piensa, pueblan el mismo mundo que los seres humanos. Tales espíritus pueden considerarse benignos o malignos, y pueden influir en el comportamiento humano, causar enfermedad o locura, y pueden también poseer individuos de manera que controlen su conducta. Las creencias animistas no están confinadas a las culturas pequeñas, sino que se encuentran hasta cierto punto en muchos contextos religiosos. En la Europa medieval se perseguía por brujos a los que se creía poseídos por malos espíritus.
El totemismo y el animismo son más comunes entre sociedades simples que entre otras más complejas, aunque no siempre es así.
Por otro lado, las religiones que se inclinan hacia el monoteísmo, sin embargo, son relativamente infrecuentes entre las culturas tradicionales más pequeñas. La mayoría son politeístas, creen en muchos dioses.

Judaísmo, cristianismo e islam
Son las tres religiones monoteístas más influyentes en la Historia. Todas originarias de Oriente Medio y todas se han influido entre sí.

El judaísmo: es la más antigua, data aproximadamente del año 1000 a.C. Los primeros hebreos eran nómadas que vivían alrededor de Egipto. Sus profetas o líderes religiosos, en parte tomaron sus ideas de creencias religiosas existentes en la región, pero diferían de ellas en su compromiso con un único dios todopoderoso. Los hebreos creían que Dios exige la obediencia a unos códigos morales estrictos, e insistían en su pretensión a un monopolio de la verdad, considerando sus creencias como la única religión verdadera.

El cristianismo: muchas concepciones judías fueron adoptadas e incorporadas al cristianismo. Jesús era un judío ortodoxo y el cristianismo comenzó como una secta del judaísmo; no está claro que Jesús deseara fundar una religión distinta. Sus discípulos llegaron a creerle el Mesías (el "Ungido" en hebreo, o "Cristo" en griego) esperado por los judíos. Aunque brutalmente perseguido al principio, el cristianismo fue adoptado finalmente por el emperador Constantino como la religión oficial del Imperio Romano. Y se difundió hasta convertirse en una fuerza dominante en la cultura occidental durante los siguientes dos mil años. Pero existen numerosas divisiones por lo que a teología y organización eclesiástica se refiere. Las principales ramas son el catolicismo romano, el protestantismo y la ortodoxia oriental.

El islam: los orígenes del islam, hoy la segunda de las religiones del mundo por su difusión, se solapan con los del cristianismo. Deriva de las enseñanzas del profeta Mahoma (s. VII d.C.). Se cree que el único dios del islam, Alá, gobierna toda vida humana y natural. Los pilares del islam son los cinco deberes religiosos esenciales de los mahometanos: recitación del credo islámico "no hay más Dios que Alá, y Mahoma es su profeta, repetición de plegarias formales cinco veces al día mirando siempre hacia la ciudad santa de La Meca durante las mismas, la observancia del Ramadán (ayuno por el día durante un mes), la entrega de limosnas a los pobres y realizar un peregrinaje a La Meca al menos una vez en la vida.

Las religiones del Lejano Oriente
El hinduismo: existen contrastes muy importantes entre judaísmo, cristianismo e islam, por un lado, y las religiones del Lejano Oriente, por otro. La más antigua de todas las grandes religiones aún hoy prominente es el hinduismo, que data de hace seis mil años. Es politeísta, y tiene tantas diferencias internas que algunos estudiosos han sugerido que debería considerarse como un conglomerado de religiones relacionadas entre sí.
Aceptan la doctrina del ciclo de la reencarnación: la creencia de que todos los seres vivos forman parte de un eterno proceso de nacimiento, muerte y renacimiento. Establece un sistema de castas, basado en la creencia de que los individuos nacen dentro de una posición particular en la jerarquía social y ritual, de acuerdo con la naturaleza de sus actividades en encarnaciones previas. Para cada casta existe un conjunto de deberes y rituales diferentes. Acepta que existan puntos de vista religiosos diferentes, sin tratar de convertir a otros en "verdaderos creyentes", a diferencia del cristianismo o el islamismo.

Budismo, confucionismo y taoísmo: ninguna de ellas tiene dioses. En su lugar, enfatizan ideales éticos que relacionan al creyente con la cohesión y unidad naturales del universo.
El budismo se deriva de las enseñanzas de Siddharta Gautama, el Buda (el iluminado), príncipe hindú nepalí del s. VI a.C. Según Buda, los seres humanos sólo pueden escapar al ciclo de la reencarnaciópn renunciando al deseo. El camino de la salvación reside en una vida de autodisciplina y meditación, separada de las tareas del mundo terrenal. El objetivo global del budismo es la consecución del nirvana, realización espiritual completa. Buda rechazó del ritual hindú la autoridad de las castas; tolera muchas variaciones locales y no insiste en una sola concepción.
El confucionismo fue la base de la cultura y de los grupos gobernantes en la China tradicional. Confucio vivió en el s. VI a.C., en el mismo período que Buda. No es considerado un dios, sino como "el más sabio entre los hombres sabios". El confucionismo trata de ajustar la vida humana a la armonía interna de la naturaleza, acentuando la veneración de los ancestros.
El taoísmo comparte principios similares, enfatizando la meditación y la no violencia como los medios para llegar a la vida superior.
 

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